viernes, 20 de julio de 2007

Interpretando a Cristina y Hegel

Cristina y Hegel.
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¿Dos soluciones opuestas para un problema? (Hegel)
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¿Como interpretará a Hegel el próximo gobierno? Espero que lo haga en el sentido de poner las posiciones opuestas en ambos platos de la balanza. Espero que deje de lado al “Pensamiento Único” para lograr síntesis de los opuestos. Esto es importante porque sabemos de la influencia que tiene un jefe de Estado en la orientación ideológica no solo del gobierno, sino de la sociedad en general. Deseo con fervor que todas las ideas tengan cabida en el debate para elegir la mejor. Espero con ansiedad que todos los sectores sociales se integren en el debate que se debe dar para mejorar Argentina. un antagonismo importante es entre empresarios y empleados dependientes. Superar ese antagonismo creo que debe significar el diálogo para llegar a la mejor solución para ambos. Que se acerquen para lograr la mejor solución para el país. Que los empresarios quieran pagar y paguen los mejores sueldos compatibles con la ganancia de la empresa. Que los empleados en relación de dependencia hagan lo mejor para que las empresas funcionen bien. Todo en un ambiente de colaboración y respeto mutuo. Ambos sectores se necesitan, ambos son indispensables. Unos y otros pueden adoptar posturas contrarias a los intereses generales, a los intereses del país. Los intolerantes, violentes y aprovechadores pueden estar entre empresarios o empleados. Tanto unos como otros pueden estar en falta. Y todos deberíamos hablar con ellos para lograr armonía. El objetivo es producir los mejores productos para la sociedad en un ambiente de colaboración, que en definitiva, es la situación menos estresante para todos.
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Otros antagonismos son más difíciles de resolver. Las fuertes y hasta violentas posiciones tomadas entre los extremos de derecha e izquierda y entre pobres y ricos a veces nos parecen irreductibles. Pero el diálogo amistoso es lo único razonable para quebrar las posturas extremas. Algunos creen que esos grupos de izquierda son los únicos salvajes, mientras otros cargan el salvajismo a la derecha y al capitalismo. Sin duda han existido y aún perduran, esos salvajismos ideológicos que llegan hasta la destrucción de bienes y personas. Hay una solución no violenta para mitigar el salvajismo económico de una doctrina y de la otra. El capitalismo salvaje que sólo se guía en maximizar sus ganancias extremando la explotación y sin siquiera importarle las vidas humanas, debe someterse a la legislación. Lo mismo para quienes deseen la producción en sociedades colectivas sin patrones. La clave es siempre una buena legislación equilibrada.
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Pero no sólo eso significa, a mi entender, la filosofía social de Hegel. Creo que también es muy importante poner al diálogo constructivo a quienes piensan en forma opuesta entre sí. Ese diálogo puede mostrar que las ideas no eran tan opuestas y que fácilmente llegan a una solución aceptable para ambas partes. Ese diálogo puede perfeccionar una idea a expensas de la otra; puede llevar a comprender que en realidad no había tal desacuerdo; puede lograr la colaboración de las partes. Sueño pensando que ese diálogo se extienda al periodismo. Que siempre hagan hablar uno a continuación del otro, si hay dos partes. Siempre ver las dos caras de la moneda. Pero también los ciudadanos debemos estar preparados para el gran cambio. Ser tolerantes, escuchar al otro, tomarnos tiempo para ver y considerar todo, no pensar de antemano que estamos en la justa, que tenemos la precisa.
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Si estás de acuerdo en crear este ambiente general de colaboración te pido difundas estas ideas. No es importante que sea con estas palabras o las tuyas. Lo importante es que las difundamos y aprovechemos a impulsar este significado del hegelianismo que se viene. A muchos nos parece que este ambiente de colaboración y tolerancia va a beneficiar mucho al país. Eso no significa tolerar también a los que se apartan de estas reglas ni a los aprovechadores que viven del trabajo ajeno y tampoco a los violentos. Con ellos hay que tratar de dialogar para llegar a comprenderlos y si es posible integrarlos al ambiente de tolerancia.

Horacio Aldo Cingolani, vecino.